Preguntas Descartes

SANDRA ELIZABETH SERRATO CABRERA

1.- ¿SE PUEDE DUDAR DE TODO?

En el caso de Descartes que lo utiliza como un método, es interesante ver de qué modo llega a esa duda. Ya que en su caso los conocimientos previos que le habían dado, le impiden encontrar en estas verdades, y que además carecen de claridad y distinción. En este caso la duda de todo conocimiento se puede. Porque para él, como estudioso de la mayoría de las ciencias de su tiempo, se da cuenta de que ninguna de estas le permite el verdadero conocimiento, en primer plano las matemáticas que a pesar de ver en ellas sus postulados certeros, no comprende su aplicabilidad. Es claro que para Descartes que duda de todo excepto de que su mente hace el ejercicio de dudar.

Bien, en este caso Descartes por supuesto duda, como aquella forma que le permite saber algo: que está pensando, o que es una cosa que piensa, por supuesto para luego mencionar su frase: “pienso, luego existo”.

2.- ¿QUÉ ME GARANTIZA LA EXISTENCIA DEL MUNDO?

En esta parte, es muy elocuente que para Descartes, lo que le garantiza la existencia del Mundo es Dios, ese ser perfecto e infinito. Es en este sentido que él considera que existen las ideas innatas, porque Dios es el que la ha puesto en el mundo. “y así reconozco con toda claridad que la certeza la verdad de la ciencia, depende del conocimiento del verdadero Dios; de suerte que antes de conocerle, yo no podía saber perfectamente ninguna cosa. Ahora que conozco a Dios tengo el medio de adquirir una ciencia perfecta relativa a infinidad de cosas tanto a las que están en Él.

En este aspecto de la existencia del mundo, y su garantía a través de Dios, Descartes reduce sus dudas, porque queda planteado que todo proviene de Dios, pero a la vez esto pudiera parecer un obstáculo a su pensamiento porque me parece que lo limita.


3.- ¿QUÉ POSIBILITA LA RELACIÓN ENTRE LA RES COGITA Y LA RES EXTENSA?

Para Descartes lo que posibilita la relación entre la res cogita y la res extensa, es en este caso lo que para él, es algo muy claro, que a su vez le permite conocer la ciencia matemática y su aportación con la geometría analítica, que son aspectos como anchura, profundidad y extensión.

Reporte de lectura de las meditaciones 4°, 5° y 6°, tomado de las Meditaciones Metafísicas de René Descartes.

Meditación cuarta

De lo verdadero y de lo falso.

Aquí Descartes, separa lo que produce su pensamiento de las cosas sensibles. Da la autoridad a Dios de ser, lo que le da a él claridad y distinción en su pensamiento “de aquí deduzco que he descubierto un camino que nos conducirá de la contemplación del verdadero Dios –en el que se encierran todos los tesoros de la ciencia y de la sabiduría- al conocimiento de las demás cosas del universo”. El error no puede provenir de Dios, por lo tanto para Descartes, no hay facultad de equivocarse, sobre todo en el conocimiento. Otro aspecto de su duda, total.

También para él, por ejemplo es imposible penetrar y tratar de descubrir los designios de Dios, y por ello “hay causas que no están al alcance de mi espíritu (mente)”.

Aquí en esta parte, también menciona la propuesta que hace, de dudar de todo, excepto de su existencia y la de Dios. También este mismo párrafo, habla del libre arbitrio.

No se queja de Dios, pues no tiene ningún derecho, “por ejemplo, si considero mi facultad de concebir, veo que es poco extensa y muy limitada, y en seguida me represento la idea de otra facultad mucho más amplia y hasta infinita; y como puedo representarme su idea, reconozco sin dificultad que pertenece a la naturaleza de Dios”.

Cuando Descartes trata de rechazar y dar por falso, lo que había considerado como verdadero.

Algo importante que señala Descartes en esta meditación, es sin duda que al dar un juicio, y este no es con claridad y distinción, no se equivoca, sin embargo si hay negación o afirmación, en ocasiones, solo es por casualidad. Y señala: “no por eso habré dejado de usar mi libre arbitrio, porque la luz natural nos enseña que el conocimiento del entendimiento debe preceder a la determinación de la voluntad”.

Después menciona aspectos de la finitud, que se le ha dado, afirmando que es parte de ello no entender muchas cosas.

Ya para finalizar esta meditación habla de las causas de error: “porque si no retengo mi voluntad en los límites de mi conocimiento, de modo que no forme juicio sino sobre cosas clara y distintamente representadas por el entendimiento, es imposible que me equivoque”.

De aquí concluye que Dios como perfecto es imposible que haya error, por lo cual concluye que su juicio es verdadero.

En esta meditación es clara, su creencia en Dios, como autor de todo lo que él puede concebir, que primero es su propia existencia, y posteriormente como Dios es su creador es imposible que haya realizado un ser finito solamente lleno de imperfecciones, sino que creó un ser finito, con límites pero con buen juicio.

Finalmente menciona que procurará separar las cosas que le causen confusión de las que no.

Meditación quinta

De la esencia de las cosas materiales y, otra vez, de la existencia de Dios.

Bueno en este caso Descartes habla de las figurar geométricas que conoce y distingue. Que hay libertad de pensarlas o no, pero que tienen naturalezas verdaderas e inmutables.

Reafirma más abajo que las cosas conocidas clara y distintamente son verdaderas, entre las cuales destacan por supuesto las relativas a las figuras, números y otras cosas pertenecientes a la aritmética y a la geometría.

Después de esto, Descartes vuelve a mencionar a Dios: “la existencia de Dios debía estimarla tan cierta por lo menos, como he estimado hasta aquí todas las verdades matemáticas relativas a los números o figuras, aunque a primera vista no aparezca esto de un modo manifiesto por haber en ello cierta apariencia de sofisma”.

Separa después la esencia de la existencia de Dios, tal como lo ha hecho en otras cosas. Y vuelve a poner de ejemplo un triángulo, un caballo alado, mencionando que son cosas que puede concebir, aunque no existan. Muestra entonces su argumento con respecto a la existencia de Dios “en cambio de la imposibilidad de concebir a Dios como no existente, se sigue que la existencia es inseparable de él, y por lo tanto que existe verdaderamente”.

Reafirma más adelante que las diferencias entre suposiciones falsas y las verdaderas, entre las cuales se encuentran las figuras geométricas, que son verdaderas ideas nacidas, “de las cuales la primera y principal es Dios”.

Destaca también que únicamente las cosas que conoce clara y distintamente tienen fuerza para persuadirlo. Es por ello que cuando esto ocurre con esa claridad, se apresura a tomarlas como verdaderas.

“pero después de reconocer que existe un Dios, que todas las cosas dependen de él, y que no puede engañarme; después de afirmar como consecuencia de lo anterior, que lo concebido clara y distintamente es imposible que sea falso- aunque no piense en las razones que me han hecho calificar de verdadero mi conocimiento, aunque solo me acuerde de haberlo comprendido clara y distintamente, puedo afirmar, sin temor a que nada me haga dudar, que ese conocimiento es absolutamente cierto; he aquí una ciencia verdadera y segura”.

Finalmente en esta meditación, para Descartes el verdadero conocimiento depende de Dios.

Sexta meditación

De la existencia de las cosas materiales y de la distinción real entre el alma y el cuerpo del hombre.

En esta meditación Descartes hablará de la existencia de las cosas materiales. En este caso Descartes vuelve a mencionar a Dios como el productor de todas las cosas, en este caso de las que él es capaz de concebir con distinción. Hace su diferenciación entre la imaginación y la pura intelección.

Aquí habla del ejemplo del triángulo de mil lados, aunque no pueda representarlo. En este caso menciona que sabe de lo que trata pero no puede imaginárselo, como sería el caso de un triángulo.

“conozco, pues claramente que necesito para imaginar aplicando la atención de un espíritu que no necesito para concebir o entender. Esta particular contención muestra evidentemente la diferencia que existe entre la imaginación y la intelección o concepción pura.

Encuentra también él, el error de los juicios fundados en los sentidos externos y aun en los sentidos internos.

Aquí en esta parte el menciona otras dos razones de duda: “todo lo que he creído sentir estando despierto puedo creer que lo siento de igual modo estando dormido. La segunda consiste en que no conociendo, o mejor dicho, fingiendo no conocer al autor de mi ser, no veía nada que me impidiera que yo hubiera sido hecho por la naturaleza, de tal modo que me equivocara hasta en las cosas que me parecieran más verdaderas”.

Descartes menciona también, que él es una cosa que piensa, o una substancia cuya esencia o naturaleza es el pensar.

Habla de sus facultades de pensar, entre las cuales están las de imaginar y sentir. “Estas facultades pertenecen a alguna substancia, corporal o extensa, y no a una substancia inteligente, puesto que en su concepto claro y distintito está contenido alguna especie de extensión pero no de inteligencia”.

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