El dialogo se desarrolla en un primer plano como una conversación que se da entre Terpsión (interesado en conocer el relato del joven Teetetes y Sócrates) y Euclides (quien guarda el dialogo y lo recuerda al ver al viejo Teetetes moribundo volviendo de batalla).

En el relato, Teodoro le presenta a Sócrates al joven e inteligente Teetetes, quien es cuestionado acerca de la naturaleza de la ciencia y cuya respuesta lo lleva a confundir con el objeto de la misma. Luego responde que la ciencia es sensación, lo que no se sigue si, de lo que se ha sabido, ya no se sabe en el acto mismo de acordarse de ello, ante la falta de la visión que podría originar la sensación del objeto.

Concibiendo que la ciencia no resida en las sensaciones sino en el razonamiento, se formula una nueva respuesta: el juicio verdadero es la ciencia, lo que implica la discusión acerca de los juicios falsos precisados como el error del concurso del pensamiento y de la sensación.

También se define al saber como el poseer la ciencia y posteriormente se rechaza la segunda definición al comprobar la formulación de juicios verdaderos a través de la persuasión y no de la ciencia.

Finalmente Teetetes menciona que la ciencia es un juicio verdadero acompañado de una explicación, en donde se refiere a la diferencia de un objeto que lo separa de todos los demás. Pero si se considera que un juicio verdadero ya comprende esa diferencia, es absurdo añadir las características distintivas de lo que ya se posee.

Platón, Diálogos (Teetetes o de la Ciencia), Porrúa, México, 2007, pp. 415 – 492